miércoles, 1 de mayo de 2013

Reality bites

Como cualquier mamá de un bebé de tres meses, cada día me sorprendo con las cosas que aprende; ya quiere jugar, llama nuestra atención, ha aprendido a darse la vuelta y se ríe a carcajadas.

Si habeis leído alguno de mis post anteriores sabreis que Ali nunca ha querido chupetes -cosa de la que su papi está orgullosísimo, así no hay que quitárselo...- pero siendo sinceros, no los quiere para su función original sino para mordisquearlos si se lo sujetas. Así ella se entretiene mucho. También lo hace con sus propios deditos o con los de papá y mamá, que ya ha aprendido a sujetar y llevarse a la boca a su antojo.
El caso es que últimamente todo lo que pilla se lo lleva a la boca, lo chupetea un poco pero sobre todo lo muerde, lo muerde y con ganas. Os podeis imaginar que los primeros comentarios fueron en relación a las posibles rabietas por los dientes pero por más que miro, toco y examino no veo ni atisbo de que asomen los dientecillos. Creo que, simplemente, le gusta y experimenta mordisqueando.

Poco después de nacer Alicia y tras leer a nuestro querido Carlos González y cacharrear mucho por distintas webs tomamos la decisión de que cuando llegase el momento de introducir la alimentación complementaria lo haríamos siguiendo el método "baby led-weaning", es decir, que le daríamos comida de verdad, en trozos que ella sea capaz de manejar y que la peque será la que decida qué y cuánto come. Estoy metida en plena lectura de "El nño ya come solo", libro del que os hablaré más adelante en cuanto lo termine pero que os adelanto que me está gustando bastante.

Cuando hablamos de esta decisión con familiares o amigos hay reacciones de todo tipo pero alguna de las más habituales además del miedo a los potenciales atragantamientos es la pregunta de que cómo va a comer así si aún no tiene dientes. Ahí nos tocaba explicar que puede masticar con las encías y experimentar con la comida sin necesidad de dientes pero creo que a partir de ahora un vistazo de unos minutos a mi princesita nos va a ahorrar esa explicación. Sinceramente, no me la imagino comiendo de otra manera, creo que no le pegan los purés, y a veces me hace dudar sinceramente de si esperará a los seis meses para 'pedir' o si se empeñará en probar la comida un poco antes.

Sea como sea aún nos tocará esperar un poco para saber si a ella le gustará tanto la idea de comer sola como a nosotros imaginarla -como nos pilla en verano y este sistema es bastante pringosillo nos divierte pensar en que coma fresquita llevando solo el pañal, más fácil bañarla que frotar tanta ropa...-. Mientras tanto, Alicia seguirá disfrutando de sus bocaditos de realidad.

Me encantaría conocer vuestras experiencias ¿cómo descubrieron vuestros hijos la comida? ¿Qué planes tenéis con los que aún son peques? ¿Conocíais el baby led-weaning? Espero vuestros comentarios. Besitos

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