lunes, 27 de mayo de 2013

Y entonces llegó ella (primera parte)

Quería haber escrito esta entrada días atrás y publicarla durante la Semana del Parto Respetado pero se me ha hecho tarde. Aún así, no quería dejar de hacerla ya que estaba pululando sobre mi cabeza desde que comencé con el blog así que, ahí va.

Mi embarazo había ido estupendamente, ni un sólo sobresalto, ni molestias excesivas y todas las pruebas correctas, lo que tenía que salir negativo era negativo y lo que tenía que salir positivo...pues eso.

La fecha "prevista" para que llegase la peque (qué gracia le hacían a mi marido las siglas...FPP, FUR...todo en clave...jejeje) era el 15 de enero. Aún así había gente que apostaba -hicimos hasta una pseudoporra eligiendo día- que nacería en 2012, o para Reyes...había para todos los gustos.

El caso es que la semana anterior a salir de cuentas, esa semana 40 de embarazo que se hace taaan interminable y en la que vuelves a buscar síntomas que indiquen que el parto viene igual que nueve meses antes buscabas síntomas de si te habrías quedado embarazada aunque la regla no te tocase hasta varios días después, esa semana mi médico estaba un poco 'inquieto' respecto a mi barrigón. Los monitores estaban bien, yo no tenía contracciones más allá de las de Braxton-Hicks (mi chico las rebautizó como de Hichy-hichy, ay! lo que nos reímos...) y aún quedaban día para la FPP. Pero la niña no se encajaba ni yo borraba el cuello y como además era grandota, le daba en la nariz que algo pasaba.

Total, que en la revisión del viernes (la FPP -jeje- era el martes siguiente) me citó para el lunes porque si para esa fecha no me había puesto de parto quería programar para el miércoles. Programar??? En la 40+1?? Por qué????!!!! A lo mejor mi niña tardaba unos días más en estar preparada y no había que forzarla a salir antes!!!

Pasamos toda esa tarde y el sábado rayadísimos, sin entender qué ganábamos ninguno forzando el parto en aquel momento y ya con algo de preocupación sobre si la niña estaría bien o no aunque, por los patadones que daba, yo estaba relativamente tranquila. Además, mi querido esposo había estado resfriado esa semana y a que no sabéis quién se levantó constipadísima el sábado??? Bingo!! La moi!! En aquel momento yo rezaba (es una forma de hablar, que yo de rezar, poco poco) porque se retrasara unos días y me diera tiempo a recuperarme. Pero Alicia tenía otros planes...

La madrugada del sábado al domingo me desperté sobresaltada porque la niña se había movido de una manera rara. Era como tener una batidora descontrolada en la barriga, como si hubiera decidido pegarse el gran baile ahí dentro y darse la vuelta -llevaba muchas semanas ya colocada-. Una vez que pasó el sustillo me volví a dormir ya que la notaba moverse con normalidad, todo estaba bien. Pero a la hora de levantarnos noté que algo había cambiado, esas contracciones no eran las del amigo Hichy-hichy...

No quise decir nada (oh! dios mío! las madres primerizas y sus ataques de histeria con los partos!!!) hasta estar más segura así que le pedí al papi de la criatura unos churritos para desayunar (lo de que el chocolate caliente provocaba el parto sería una leyenda urbana...??) y me dispuse a disfrutar del festín. Durante el desayuno mi cara al llegar las contracciones me delató:
- ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Te duele?
- Mmmm, son contracciones.
- ¿De parto?
- No lo sé (no he parido nunca...), pero son distintas, eso sí

Entre las contracciones, el catarrazo y que era domingo y hacía un frío terrible, me vine al sofá, exactamente al mismo sitio donde estoy sentada escribiendo ahora mismo, a descansar. Habíamos decidido no avisar a la family hasta que ya estuviésemos en el hospital con ingreso, para no alarmar y poder ir nosotros con calma. Así que para pasar el tiempo comencé a whatsappear con mis "mamás-yoga". Ellas me decían que a lo mejor ya había llegado el momento, que estuviese tranquila y que controlase la frecuencia de las contracciones así que me puse a ello. 10 minutos, contracción. 10 minutos, otra. 10 minutos, la tercera. Ay, mi madre! Que son regulares!! Bueno, 10 minutos es mucho así que con calma...

Así pasé el resto del día, controlando el ir y venir de contracciones que se habían clavado en los 10 minutos. Eso yo. Porque mi chico viendo el panorama se dedicó a recoger y limpiar la casa por si teníamos que salir zumbando. A última hora de la tarde hablé con mi querido hermano para contarle como estaba y pedirle que hablase con una amiga suya que es ginecóloga para confirmar si era normal llevar casi 12 horas con contracciones regulares cada 10 minutos. Me dijeron que si, que de hecho podrían desaparecer y luego volver, que era totalmente normal. Bueno, pues nada, a seguir con calma. En cualquier caso habíamos decidido aguantar en casa todo lo que pudiéramos para no llegar al hospital y que nos mandaran de vuelta. Además en casa estaba más relajada y soportaba mejor las molestias.

Pero como a las diez y media de la noche...bruuummm!! Otra "sacudida rara", un rato de contracciones totalmente irregulares y luego, cada 5 minutos. Uff! parece que esto se acerca... Cuando llevaba así cerca de dos hora decidí darme una ducha y marcharnos a Urgencias. Pero la ducha calentita me relajó y las contracciones aflojaron.
- Bueno, pues nada, nos quedamos
- Estás segura??
- Esperamos un ratito y vemos cómo va, vale?
- Ok, como tu quieras.

El pobre se quedó dormido en el sofá mientras yo seguía cual juez de final de atletismo, cronómetro en mano, controlando si mi pequeña se decidía a venir ya o no. A las tres de  la mañana le dije que nos fuéramos a la cama porque aquello parecía no avanzar y él tenía que trabajar al día siguiente. Eso hicimos, pero al estar en la cama mis amigas las contracciones de parto se aceleraron e hicieron más intensas. Así aguanté dos horitas, respirando para controlar el dolor, mirando el reloj entre el miedo y la emoción, comprobando que todo apuntaba a que había llegado el momento, intentando asentar en mi cabeza la idea de que por fin iba a conocer a mi niña, iba a ser madre.

Pasadas las cinco sonó el despertador. Él lo apagó, se dio la vuelta para mirarme y darme un beso y me preguntó:
- Me voy a trabajar??
- No. Vamos a vestirnos y nos vamos al hospital. Parece que ya viene

2 comentarios:

  1. Me ha encantado eso de son contracciones de parto? , yo que se, no he parido nunca.
    Deseando leer el desenlace. la verdad es que se ma hace raro leer estos partos largos, yo por suerte, he tenido unos partos rapidísimos, con la niña, si me aguanto media hora más en casa, la tengo en el salón.
    Bueno, me quedo a la espera.
    Besotes

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    1. Ya tienes disponible el comentario desde hace un ratito. A ver si te gusta aunque creo que sí porque ya conoces a la belleza que tenemos tras todo este proceso. Un beso grande y gracias por pasarte

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